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Trucos para alargar la vida de los frescos que van a caducar

No hay mejor manera de ahorrar que aprovechar todos los alimentos que tenemos en casa, especialmente, de los más perecederos. Alargar la vida de los frescos y sacarles más partido es posible a través de diferentes técnicas que van desde la compra hasta su forma de conservación, pasando por la congelación.

Hay muchas maneras de conservar los frescos para que duren más, sobre todo en verano, cuando las altas temperaturas acortan su vida útil. Y si, aún así, vemos que alguno de ellos se nos va a echar a perder, siempre podemos tirar de un montón de recetas de aprovechamiento y hacer guisos, conservas o compotas.

No obstante, antes de desechar un alimento, no olvides la diferencia entre fecha de caducidad y consumo preferente. Mientras el primero marca la fecha hasta la que puedes consumir los alimentos de forma segura, la segunda indica el momento hasta el que conserva la calidad prevista, es decir, sigue siendo seguro consumirlo, pero ya no contará con sus propiedades al 100%.

Estos son los trucos para alargar la vida de los frescos que debes conocer

Te detallamos, a continuación, algunos de los trucos más efectivos para alargar la vida de los productos frescos que tienes en casa. ¡No desperdicies nada!

Las frutas delicadas, a la nevera

trucos para alargar la vida de los frescos

Hablamos de frutas como las fresas y los higos, por ejemplo. Para que un día no vayas a buscarlos y te los encuentres echados a perder, guárdalos en la nevera sin quitarles el tallo y colócalos en un recipiente con papel absorbente debajo.

Bolsa de plástico, ¿sí o no?

Cómo sacar partido a los frescos

Pues depende. Hay verduras y hortalizas como las acelgas, espinacas, lechugas, zanahorias, apio y rábanos, se conservan mejor dentro de bolsas de plástico en la nevera. Así se regulan y van expulsando la humedad que absorben durante la refrigeración.

En cambio, la berenjena, el calabacín o el pepino, tienes que colocarlos directamente en el cajón de la nevera sin bolsas.

Cada uno en su lugar

Guardar las frutas en la nevera

 

No todas las frutas y verduras han nacido para estar juntas. Hay un grupo de ellas que liberan gas etileno y, si entran en contacto con las que no, pueden estropearlas. Hablamos de las peras, las manzanas, los tomates, el melón o los plátanos, que han de separarse del resto en la nevera.

Lava cuando vayas a consumir

Lavar verduras y frutas antes de comer

A los frescos no les viene bien el exceso de humedad. Por ello, olvídate de la costumbre de lavar las frutas y verduras tal y como llegan a casa del supermercado, porque ello puede acelerar su putrefacción.

Lo mejor es esperar y hacerlo justo antes de consumirlos o cocinarlos.

¿Y si ya están cortados?

Conservar la fruta cortada

En el caso de que te haya sobrado algún trozo de fruta o verdura, consérvalas envueltas en papel film en la nevera para evitar que se oxiden.

Lejos de la nevera

Alargar la vida de los alimentos

No todas las frutas y hortalizas aman la nevera. El tomate, por ejemplo, madura mejor fuera de la nevera. A las patatas, las cebollas y los ajos, búscales un lugar oscuro y fresco en la cocina, sin refrigerar. Y mantén separadas las patatas para evitar que broten.

Envasa

Alimentos separados

Parece obvio, pero a veces olvidamos el poder de un buen envase para conservar y alargar la vida de los alimentos.

Guardar los frescos en envases herméticos o al vacío mejora su conservación, ya que la mayoría de las bacterias aerobias ven reducida su actividad ante la falta de oxígeno.

Haz conservas caseras

Conservas de setas y verduras

Hacer conservas es un método de conservación de los más antiguos que existen, tanto para los pescados como para las carnes, las hortalizas y las frutas.

Las hortalizas puedes transformarlas en encurtidos, con la ayuda de aceite, vinagre y algunas especias, o se pueden deshidratar, como ocurre con el tomate; mientras que los pescados se pueden conservar en aceite o escabeche, ahumarse o guardarse en salazón. Las carnes hay que guisarlas, adobarlas o hacerlas al baño maría para conservarlas adecuadamente. En todos los casos, utiliza envases esterilizados y herméticos.

Para aprovechar la fruta madura, haz compotas o mermeladas con ellas. Las puedes utilizar para untar tus tostadas o para hacer tartas y bizcochos. ¡Es muy fácil y el resultado te encantará! También puedes darles un toque en la cocina, como en esta receta de ensalada melocotones a la parrilla o hacer una salsa de acompañamiento, como ocurre en este pollo con salsa de cerezas.

Los guisos también son otra gran opción para alargar la vida de los frescos. Cuando veas que están empezando a echarse a perder, guísalo y llévalos a la nevera. Así pueden aguantar hasta 2 o 3 días más. ¡Y hacer guisos más saludables!

Y, por supuesto, ¡congela!

trucos para alargar la vida de los frescos

Ya sabes que las carnes y pescados frescos pueden ser congelados sin problemas. Lo fundamental en este caso es no romper la cadena de frío y meterlos en el congelador tal y como llegan del supermercado. Si los transportas en bolsas térmicas, es aún más seguro.

Pero además de estos alimentos, también se pueden congelar la mayoría de las frutas y las verduras. El aguacate, por ejemplo, puedes congelarlo ya pelado y cortado por la mitad, añadiendo limón para evitar su oxidación. También puedes hacerlo con el calabacín y la berenjena, pero ya cocinados o escaldados.

Igualmente, puedes congelar la calabaza; eso sí, cortada en daditos. Y las espinacas, acelgas y otras verduras de hoja verde necesitan ser escaldadas al menos. Los huevos también son aptos, pero sin cáscara o batidos, y para descongelar, hazlo lentamente en la nevera durante toda la noche o poniéndolo bajo el chorro de agua presión metido en su envase.

Y las frutas, excepto los frutos rojos y cítricos sin piel, que se pueden congelar crudos, el resto es mejor hacerlo cocinados, en puré, almíbar o compota.