Cómo reducir el desperdicio de alimentario

Cómo reducir el desperdicio alimentario y disfrutar de nuevas comidas

¿Sabes que una gran cantidad de los alimentos que se producen el mundo se desperdician? Concretamente, en torno a un tercio, según la FAO.

Un verdadero problema ante la escasez de recursos y un importante agravio para el bolsillo, sobre todo, cuando la inflación aprieta. Pero todos podemos hacer algo para reducir el desperdicio alimentario, también desde nuestros hogares. Más que grandes gestos, se trata de un cambio de actitud y repensar algunas rutinas de compra, consumo y cocina que llevamos a cabo todos los días.

¿Cómo reducir el desperdicio alimentario en casa y disfrutar de nuevas comidas?

Compra de manera sostenible

Consejos para ahorrar en la cesta de la compra

Este es el principio de la cadena para reducir el desperdicio alimentario. No compres lo que no vayas a consumir. Lo mejor es planificar previamente las comidas y llevar una lista de únicamente los alimentos que necesitas. ¡Evita las compras compulsivas! Y para ello, te aconsejamos que no vayas a hacer la compra con hambre.

En todo caso, si compras de más, es porque veas una oferta muy atractiva de alimentos básicos en tu casa y quieras congelarlos para aprovechar los descuentos, pero no más.

Y esto no sólo vale para evitar el desperdicio alimentario, ¡es fundamental para ahorrar!

No te dejes llevar por las apariencias

Ideas para aprovechar las fresas maduras

Si tienes en casa frutas o hortalizas un poco pochas o magulladas, no pienses en tirarlas. ¡Dales otra oportunidad! A lo mejor no quedan demasiado bien en crudo o poco cocinadas, pero si las transformas en cremas, purés, batidos o postres tendrán una magnífica segunda vida. Sus propiedades y beneficios van a ser los mismos.

Con los frutos rojos que tengas un poco pasados, por ejemplo, puedes hacer un montón de recetas riquísimas, como compotas, gazpachos, vinagretas, smoothies o muffins. Y con las verduras, con un poco de huevo, nata líquida y aceite de oliva, un sencillo y delicioso pastel de verduras.

Sirve las porciones adecuadas

Calcular raciones para reducir el desperdicio alimentario

¿Cuántas veces te ha ocurrido que te has pasado calculando las raciones y ha sobrado comida? Puedes evitarlo calculando correctamente las cantidades que vas a necesitar.

Para ello, hay distintos métodos, desde lo clásicos medidores hasta otros trucos de andar por casa, como utilizar la mano a modo de cuenco para calcular la cantidad de arroz por persona; emplear los mismos platos en los que vas a servir para medir (para las verduras, por ejemplo, basta con la mitad del plato); o la cuchara de madera con agujero en el centro para ajustar las raciones espaguetis (ese agujero es la ración adecuada por persona).

Mil y una maneras de reutilizar el pan

aprovechar el pan duro

Todos los días sobra algo de pan, y todos los días te da la misma pena tirarlo. ¡No lo hagas! Hay mil y una maneras de aprovechar el pan duro.

Puedes hacer desde lo más básico, como picatostes para la sopa o cremas, o pan rallado para empanar hasta tostadas para untar paté y untables. Recetas como gazpacho, salmorejo o migas o inclusos ricos postres como las famosas torrijas.

Organiza la nevera correctamente

Cómo organizar tu frigorífico en vacaciones

A veces, para reducir el desperdicio alimentario, sólo tenemos qué saber lo que almacenamos en casa. Dedica un tiempo a organizar bien la nevera y la despensa, colocando en primer lugar los alimentos que vayan a caducar o se vayan a echar a perder antes. Y, al final, los más nuevos.

También puede ayudarte colocar etiquetas a los tuppers o recipientes de conservación, especialmente a los congelados, indicando el tipo de alimento y la fecha de congelación.

Nunca sobra un yogur

salsas para barbacoa

Los yogures son de los productos que más acaban en la basura antes de ser consumidos. Para evitarlo, tienes dos opciones, o comprar en menos cantidad (packs más pequeños o incluso individualmente) o le das vueltas a la cabeza para pensar cómo puedes aprovechar los yogures a punto de vencer.

Los yogures, por ejemplo, se pueden emplear para hacer muchos postres, como tartas y bizcochos. También son la base de ricas salsas. A las cremas de hortalizas les viene genial un toque de yogur y también sirve para darle una vuelta a tus ensaladas o incluso a tus ensaladillas.

Usa los recipientes adecuados

aprender a congelar los frescos correctamente

Para que los alimentos puedan estirar su vida útil deben de ser conservados correctamente. Una de las claves es utilizar los recipientes adecuados. Hablamos de tuppers herméticos de vidrio, plástico libre de BPA o silicona, bolsas de congelación, tarros de cristal esterilizados… si se blindan bien los alimentos y se impide la entrada de aire, se evitará su oxidación y estarán en buenas condiciones por más tiempo.

Aprovecha los restos de comida, como hacían los abuelos

cocina de aprovechamiento

Habrás escuchado más de una vez a tus abuelos eso de “en mi casa no se tira nada”.  Nuestros mayores eran especialistas en aprovechar cualquier resto de comida elaborando otras recetas igual o más de buenas que la anterior.

¿Qué sobraban patatas? Pues desde una tortilla deliciosa, a huevos revueltos con patatas o patatas a la importancia. ¿Puchero? Unas croquetas. ¿Huevos? Unos huevos tontos. Y así hasta el infinito.

Si no tienes el mismo ingenio que tus abuelos, te ayudamos con estas recetas de la abuela para aprovechar los restos de comida.

¿Fecha de caducidad o consumo preferente?

fecha de caducidad

Antes de tirar un alimento a la basura porque creas que ya ha caducado, párate un momento, porque igual lo que ha vencido es su fecha de consumo preferente.

¿Conoces la diferencia entre fecha de caducidad y de consumo preferente? Resumiendo, la fecha de consumo preferente indica el momento hasta el que un alimento conserva su calidad prevista, sin perder sabor y textura. Pero su consumo sigue siendo seguro. En cambio, la fecha de caducidad te marca hasta cuándo el alimento puede ser consumido sin riesgos para la salud.

En ambos casos, es fundamental seguir siempre las indicaciones de conservación que aparecen en los propios envases de los productos.